Os dejamos con el vídeo de las actividades que realizamos en el patio del cole el pasado 23 de abril, día del libro.
martes, 27 de abril de 2021
Semana del libro 2021
Extra, extra! tenemos novedades , bibliófilos!
Hola a todos!! Cómo estáis?! Todo el mundo bien? Espero que sí porque al menos este curso podemos celebrar el día del libro de forma presencial en el cole .
Ha pasado un año desde la última publicación en este blog de la biblioteca pero no nos olvidamos de vuestros vídeos recitando poesías desde casa para animarnos y hacer más leve la cuarentena. Fue una actividad preciosa y emotiva y queremos agradeceros vuestra participación, "families" .Porque...TODOS SOMOS PARTE DEL INÉS DE SUÁREZ. Y es que quién nos iba a decir sólo unos días antes del fin del segundo trimestre del curso pasado que íbamos a estar encerrados sin poder salir de nuestras casas casi dos meses !!Parecía algo de ciencia ficción, como sacado de un libro de Isaac Asimov pero seguro que estáis de acuerdo conmigo en que toda realidad supera a la ficción.
En fin, al menos este curso hemos podido empezar y seguir en el cole con nuestras rutinas , aprendiendo como siempre y viéndonos todos ( que falta nos hacía) .
Y así fueron pasando los meses y llegamos a abril; a la semana del libro , en la que nos encontramos y que ,como en otros cursos del pasado , esperamos celebrar en el patio con actividades (este año) relacionadas con los cuentos. Los diferentes cursos del cole han elegido un cuento clásico y han decidido cambiarle el final.¿Qué habrá salido de cada uno? Sorpresa!! pero eso os lo desvelaremos en las próximas entradas. Mientras tanto os dejamos un poco de lectura de Roald Dahl que tuvo la misma idea hace años y cambió algunos cuentos como "Caperucita roja", "los tres cerditos" o "la cenicienta".
CAPERUCITA ROJA
Estando una mañana haciendo el bobo
le entró hambre espantosa al señor Lobo,
así que, para echarse algo a la muela,
se fue corriendo a casa de la Abuela.
“¿Puedo pasar señora?”, preguntó.
La pobre anciana, al verlo, se asustó
pensando:
”¡Este me come de un bocado!”
Y, claro, no se había equivocado:
se convirtió la Abuela en alimento
en menos tiempo del que aquí te cuento.
Lo malo es que era flaca y tan huesuda
que al Lobo no le fue de gran ayuda:
“Sigo teniendo un hambre aterradora...
¡Tendré que merendarme otra señora!”
Y al no encontrar ninguna en la nevera,
gruñó con impaciencia aquella fiera:
“¡Esperaré sentado hasta que vuelva
Caperucita Roja de la selva!”
–que así llamaba al bosque aquella fiera,
aunque entre los pinos estuviera–.
Y porque no se viera su fiereza,
se disfrazó de abuela con presteza,
se dio laca en las uñas y en el pelo,
se puso la gran falda gris de vuelo,
zapatos, sombrerito, una chaqueta
y se sentó en espera de la nieta.
Llegó Caperucita a mediodía
y dijo: ”¿Cómo estás abuela mía?
Por cierto, ¡me impresionan tus orejas!”
“Para mejor oírte, que las viejas somos
un poco sordas”.
”¡Abuelita, qué ojos tan grandes tienes!”.
”Claro, hijita, son los nuevos lentes que
me ha puesto para que pueda verte Don
Ernesto el oculista”,
dijo el animal
mirándola con gesto angelical,
mientras se le ocurría que la chica
iba a saberle mil veces más rica
que el rancho precedente. De repente
Caperucita dijo:” ¡Qué imponente
abrigo de piel llevas este invierno!”
El Lobo, estupefacto, dijo:” ¡Un cuerno!”
O no sabes el cuento o tú me mientes:
¡Ahora te toca hablarme de mis dientes!
¿Me estás tomando el pelo...? Oye,
mocosa,
te comeré ahora mismo y a otra cosa”.
Pero ella se sentó en una silla
y se sacó un revólver de la capa,
con calma apuntó bien a la cabeza
Y –¡pam!– allí cayó la buena pieza.
...
Al poco tiempo vi a Caperucita
cruzando por el bosque... ¡Pobrecita!
¿Sabes lo que lleva la infeliz?
pues nada menos que un velís
que a mí me pareció de piel de un lobo
que estuvo una mañana haciendo el
bobo.
GRACIAS POR PASARTE POR EL BLOG.